¿Cuando fue le ultima vez que te dejaste amar?

-Quisiera conocerte.

-¿Y con qué intención?

¡Ouch! Eso tiene que doler.

Conversaciones así suceden con más frecuencia de la que pensamos. Existe una gran diferencia entre dejarnos amar cuando aún estamos intactos y dejarnos amar cuando ya nos han roto en muchos pedazos. Cuando hemos amado y no ha funcionado (por la razón que fuese) nos volvemos tan vulnerables que con frecuencia alejamos a los demás, en muchas ocasiones sin darnos cuenta.

Nuestra postura, palabras y ademanes, si no hemos pasado por el amplio, largo y tedioso proceso de sanación, tienden a alejar a aquellos que desean acercarse a nosotros.

Y no es que lo hagamos a conciencia, creo que en ocasiones simplemente sucede. Creo que desarrollamos una coraza que puede llegar a hacernos daño.

Nos queremos hacer los fuertes, no dejando así entrar a quien viene con el propósito de brindarnos amor, en sus múltiples facetas. Tenemos tanto miedo a que nos hieran otra vez que no le permitimos la entrada y estamos listos (y en ocasiones hasta esperando) a que esa persona nos haga daño o nos falle.

Trabajamos desde el miedo y temor tanto, que en modo automático, nos cerramos a todo aquello que pueda ser bonito y genuino. Dejamos que el miedo nos domine y no nos permitimos amar, peor aún no permitimos que nos amen; nos creemos unworthy of love.

Yo te invito a que juntos seamos intencionales a la hora de dejarnos amar. La próxima vez que alguien quiera acercarse a ti no lo bloquees, detente y piensa en que es lo peor que pueda pasar. Si la respuesta es que te hieran otra vez, then so what! Si te hieren sabrás que al menos diste el chance a que fuera algo. Y no que permitiste que el miedo pudiera más que tú y que te frenase a vivir. Al final de cuentas siempre que se trate de amor vale la pena arriesgarse.

Existe una frase de Josh Tillman la cual yo he adaptado a mi vida personal, la he convertido en una especie de mantra para cuando el temor nueva vez re-aparece:

Puedes elegir vivir en el amor o elegir vivir con miedo¨.

¿Cuál eliges tú?

Con amor,

Aidé