Como desencajamos

Ayer

me encontré en el medio de una

breve conversación entre dos mujeres de la tercera edad (digo me encontré porque no fue que comí boca, fue que empezaron a hablar de ese tema conmigo ahí). Fue algo así (pondremos nombres ficticios para que no lleven vida).

Ana “¿Teresa te vas a dejar las cañas?”

Teresa “Ay yo quiero, pero mis hijos no. Me dijeron que me veo fea y vieja.” Acentuando con tristeza lo que piensan sus hijos (varones por si no copiaron bien).

Ana “Yo también pero los míos están igual. Que no, que me las tiña.”

Les confieso que me quede seca, con la boca abierta un buen rato y sin mucho que decir ante ambas mujeres.

¿Me preguntaba que les decía?

Opinaba yo en aquella conversación o me tragaba mis creencias desaprendidas y dejaba que el mundo siguiera su curso como no me aguante y les dije “Eso no es problema de ellos, esa cabeza es suya y de nadie más.

Déjeselo blanco que le queda hermoso.” (Me iba a morir sino decía algo)

¿Me preguntó hasta donde hemos dejado que la sociedad y aquellos que la componen dicten nuestras apariencias con tal de encajar?

Por mucho tiempo en mis 20 y tanto me sentía extraña dentro de mi misma. Quería parecerme a las demás sin saber que en mi diferencia está la esencia.

Con los años aprendí que es mejor desencajar y ser tú misma que ser igual por miedo a expresarte y ser tú.

¿Encajas o desencajas?